Ángela Ruiz Robles (1895-1975), quiso facilitar el aprendizaje a los estudiantes que tuvieron la oportunidad de beneficiarse de su magisterio. Una aspiración unida a su afán por educar de una manera menos tradicional y más interactiva. Aquella sorprendente comprensión del lenguaje del futuro, propició que, en los difíciles años inmediatamente posteriores a la Guerra Civil española, fuera capaz de idear y llevar a la práctica un prototipo de «libro mecánico» estrechamente emparentado con los actuales soportes electrónicos de lectura.
Como decimos, hoy casi a esta del libro electrónico.