Los tiempos han cambiado. Y cada vez más gente renuncia a beber alcohol. Hasta en celebraciones como las Navidades, donde esta sustancia está presente como protagonista, no es inusual que una amiga, compañera o familiar ponga la mano sobre la copa y afirme "no bebo, gracias". En estos casos no es sorprendente que reciban miradas de extrañeza y la típica frase: "¿Cómo no te vas a tomar ni una copita de vino, mujer, si estamos de celebración?".
PRESIÓN EXTERNA E INTERNA
El experto en psicología clínica, Bernardo