CON LA MISMA DEDICACIÓN que convertía a la Fórmula 1 en un deporte global y cosechaba una fortuna estimada en 4.000 millones de euros, Bernie Ecclestone (Bungay, Inglaterra; 28 de octubre de 1930) maniobraba para ocultar a la corona británica sus verdaderos ingresos. Pero tanto va el cántaro a la fuente que…
Londres, marzo de 2011, en su mansión de Princess Gate, a menos de 50 metros de la hierba húmeda del invierno de Hyde Park, Charles Bernard “Bernie” Ecclestone estaba al teléfono. Sobre su escritorio de roble oscuro macizo un bolígrafo Mont Blanc Meisterstück y al lado, un carpetín con una inscripción: “Germany”.
“¿Qué quieres decir con que están pasando los datos a la hacienda inglesa? ¿Cómo es posible? ¿No pudisteis evitarlo?”, casi gritaba Bernie muy alejado de su habitual tono de voz bajo y susurrante que utilizaba