BOGOTÁ.– A simple vista pareciera que México y el caso Ayotzinapa quedaron atrás en la vida de la abogada colombiana Ángela María Buitrago. De hecho, ya pasaron varias semanas desde que ella concluyó su labor como integrante del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que investigó durante ocho años la desaparición de los 43 estudiantes de la normal “Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero.
Y la posibilidad que el GIEI se reactive es tan remota como la de que el Ejército Mexicano decida abrir los archivos de inteligencia militar, que de acuerdo con la abogada colombiana guardan gran parte de la verdad sobre el caso Ayotzinapa.
En entrevista con Proceso, Buitrago señala que el GIEI, que empezó con cinco integrantes y que finalizó sus labores con dos –ella y el médico español Carlos Beristain–, ya no tenía nada que hacer en México ante la negativa del Ejército a entregarles información “muy relevante”.
Tan relevante, explica, que esos documentos ultraconfidenciales que los militares “ocultan” –pese a que el presidente Andrés Manuel López Obrador les dio la orden de entregar–, podrían conducir a “saber el paradero de los estudiantes”.
De hecho, ella está convencida de que el Ejército Mexicano sabe qué pasó con los 43 normalistas de Ayotzinapa que fueron atacados por policías e integrantes del crimen