Bajo juramento, tres altos cargos militares, que aseguran haber sido testigos de encuentros con Objetos Volantes No Identificados (OVNIs), prestan declaración ante los representantes de un Subcomité de Seguridad Nacional, Fronteras y Asuntos Exteriores en una audiencia que ha sido titulada como “Fenómenos anómalos no identificados: implicaciones en la seguridad nacional, la seguridad pública y transparencia gubernamental”. El motivo de dicha audiencia expone como antecedentes “las recientes desclasificaciones, la creación de la Oficina de resolución de anomalías de todos los dominios (AARO) y el próximo informe de la NASA”, lo que habría estimulado “un interés público generalizado en los fenómenos anómalos identificados (UAP)”. A instancias del Congreso, el objetivo último de este Subcomité es el de supervisar el presupuesto que el gobierno federal dedica a la investigación del fenómeno OVNI, “garantizar la seguridad del público estadounidense” y “evaluar la transparencia del gobierno en relación con la seguridad pública y las implicaciones para la seguridad nacional”.
¿“GARGANTA PROFUNDA” DE LA CONSPIRACIÓN OVNI?
Como “garganta profunda” denunciando la presunta política de encubrimiento del fenómeno OVNI, por parte de Estados Unidos, encontramos a (Pittsburgh, Pensilvania, 1987), ex oficial de combate de la USAF (Fuerza Aérea de los Estados Unidos) con varias condecoraciones por su participación en la Guerra de Afganistán (2001/2021). Sus sensacionales declaraciones sobre pretendidos platillos volantes procedentes de otros planetas que, tras haberse estrellado en Estados Unidos, serían objeto de estudio por parte las agencias gubernamentales, le han comparado con (MÁS ALLÁ, 388), controvertido personaje que, en 2019, alcanzaría notoriedad por