os trastornos alimentarios (TA), mal llamados trastornos de la conducta alimentaria (TCA), son muchísimo más que problemas conductuales. Ciertamente lo más vistoso de estos trastornos son los comportamientos que se muestran en relación a la comida y el cuerpo, y en los que se suele trabajar en primera instancia en terapia. Pero detrás de un TA hay una incapacidad a nivel emocional que abarca todos los niveles de esta dimensión. No es solamente que el paciente tenga dificultades a la hora de gestionar sus emociones; es que muchas veces el grado de desconexión emocional es tal que ni siquiera se es capaz de reconocer lo que se está sintiendo. Las emociones se vuelven intolerables, y los comportamientos alimentarios desadaptativos aparecen para ayudar a sobrellevarlas. El TA se establece como la única herramienta que permite evitar el dolor emocional, y el cuerpo pasa a ser el campo de batalla a partir del cual se expresa todo aquello que la persona silencia. Y es que detrás de muchos de estos trastornos, hay
