Reconocido desde hace varios años, como una angustia psicológica verdadera, la compra compulsiva continúa en expansión. Generalmente, se asocia como una problemática femenina, sino que este fenómeno también llegó a la franja masculina que oscila entre los 30 y 50 años, adictos a las últimas tendencias tecnológicas. Algunos estudios incluso indican que, gracias a las compras compulsivas, los fabricantes de artículos de lujo o innecesarios (no de primera necesidad) son capaces de resistir a la crisis económica. Tengamos en cuenta que salir de compras es una actividad de ocio
