Aunque nos parezca de lo más moderna, en realidad la palabra sostenibilidad cuenta con más de tres siglos de existencia. En concreto, tiene su origen en el término alemán Nachhaltigkeif que usó por primera vez el jurista Hans Carlowitz en 1713 para referirse a la utilización óptima de los bosques como fuentes de energía. Hoy, el concepto ha evolucionado hasta el punto de convertirse en un auténtico fenómeno de masas, una tendencia social y política y el faro que guía gran parte de las iniciativas empresariales y políticas a través de las ESG y los ODS respectivamente. ¿Pero, qué quieren decir estas siglas?
Los ODS son el acrónimo de los proclamados por la ONU en 2015 y suscritos por 193 países para cumplir con la Agenda 2030. Son en total 17 objetivos, que incluyen aspectos tan utópicos como el fin de la pobreza o el hambre cero, junto a otros como la edu cación de calidad, la igualdad de género, agua limpia, energía asequible y no contaminante, ciudades y comunidades sostenibles o producción responsable, entre otras. La cruda realidad es que, como recuerda director ejecutivo de BLab Spain, “sólo el 25% de las pymes saben lo que son los ODS, frente al 80% de las grandes corporaciones”. El informe realizado por profesor de Operaciones Sostenibles de