Muchos pacientes de cáncer, sida o esclerosis múltiple que no mejoraban con los medicamentos habituales utilizan la marihuana o alguno de los fármacos basados en sus principios activos para mejorar su calidad de vida. Numerosos estudios investigan hoy en día nuevas aplicaciones del cannabis en dolencias y condiciones de la más diversa índole: desde la depresión, hasta la obesidad, la protección neuronal, el tratamiento de los infartos o incluso para dejar de fumar.
Según la revista científica Lancet Neurology, el cannabis puede ser «la aspirina del siglo XXI». Parecen descubrimientos revolucionarios, pero lo cierto es que la planta del cáñamo o marihuana (Cannabis sativa) ha acompañado al ser humano desde hace unos 10.000 años como fuente de alimento, fibra y medicina. Sus semillas, los cañamones, son una buena fuente de nutrientes.
Con su fibra, muy resistente, se elaboraron las velas y las sogas de los barcos que permitieron dar la primera vuelta al mundo; los lienzos de los óleos que figuran en muchos museos