Abro mi laptop y hago clic en el enlace de Zoom. El corazón me late con fuerza en el pecho y miro hacia arriba para comprobar que la puerta de mi habitación esté cerrada con llave. A mi lado, en el suelo, hay un espejo de mano y un tubo de lubricante. Me uno a la llamada y las caras de siete extraños aparecen en mi pantalla. “Ahora, vamos a explorar nuestras vulvas”, anuncia la presentadora. Comienzo a dar vueltas, la duda nubla mi mente ansiosa: “¿Por qué estoy haciendo esto? ¿Qué espero obtener? ¿Debo cerrar mi compu ahora mismo y olvidar que alguna vez lo consideré?”.
Estoy en el taller de Naomi Gale sobre la vagina, una clase que ha impartido mensualmente durante un año. Ella es una de sanación especializada en terapia somática, una práctica alternativa cuyo objetivo es alinear la mente y el cuerpo. A través de estas clases trabaja con las participantes para cambiar su relación con el sexo y su propio cuerpo. “Veo espacios