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Disfrutar y aceptar nuestro cuerpo es el primer paso para resolverlos. Una especialista nos asesora sobre este tema: de qué manera reconocerlos, y qué hacer para que no dañen nuestra salud sexual.
Por definición, un complejo es una imagen mental, con una fuerte carga emocional que interfiere en forma inconsciente en los pensamientos y en la forma de actuar. Esta imagen puede afectar el comportamiento sexual, así como también la imaginación y fantasía que se crea en torno a la intimidad. Si nos sentimos mal con nosotros mismos, esto repercutirá en la cama de un modo específico.
Sus orígenes
Para revertir esta situación primero hay que investigar acerca de aquello que lo origina. Las palabras de la psicóloga y sexóloga Diana Resnicoff nos guían en la respuesta: “el origen de los complejos se podría sintetizar en: baja autoestima, inseguridad y desinformación sobre la sexualidad. Esto también tiene que ver con cómo estas personas han sido vistas y evaluadas por sus padres en la infancia y adolescencia. Y