Allá hasta donde podemos remontarnos en el conocimiento gracias a las fuentes que han llegado hasta nosotros, el siglo v es una época caótica en el Imperio romano de Occidente. Y, por lo tanto, en Hispania. A comienzos de siglo se ha ido produciendo la retirada de la administración romana en Britania. Además, pueblos bárbaros, como suevos, vándalos y alanos, también los burgundios, han cruzado el limes y pululan por la Galia. Los tres primeros grupos pasarán a la Hispania en 409. Los vándalos, en 429, instalarán su reino en el norte de África, siendo un tremendo quebradero de cabeza para la corte imperial y los suministros de cereal. También a comienzos de siglo, la usurpación de Constantino III, dirigida contra el gobierno del emperador Honorio, surgida desde Britania pero cristalizada en Galia y también en Hispania, agitará el árbol de las lealtades y de la inestabilidad absoluta.
Recuérdese que, desde 395, a la muerte de Teodosio, el Imperio romano se había dividido, literalmente, en dos partes Oriental y Occidental. En este segundo caso, Honorio a duras penas logra solventar la situación, siempre sobre la base de sus principales generales supremos (Estilicón primero, Constancio después). Todo lo anotado arriba le incumbió directamente.