l asentamiento visigodo en la península ibérica, más allá de alguna irrupción militar en el contexto de su instalación en Tolosa a partir del 415, y de sus incursiones posteriores contra los suevos como parte del con el Imperio, fue lento y estuvo sometido a la ambigüedad de la interpretación de sus obligaciones hacia Roma. Una crónica escrita en la Galia en el 511 anota que en la década del 470, probablemente entre 472 y 476, los visigodos, impulsados por la incapacidad de Roma y la ambición de su rey Eurico, habrían tomado importantes ciudades del Valle del Ebro, entre ellas Pamplona, Zaragoza y Tarragona. Sin embargo, esta presencia visigoda en el noreste de Hispania no parece haber conllevado un control estable de la región. Durante las décadas siguientes una parte de la aristocracia provincial protagonizará revueltas que serán atajadas de manera violenta. Cuanto menos conocemos las protagonizadas por dos personajes de nombre Burdunelo y Pedro en los años 497 y 506. Su resistencia evidencia un rechazo al poder de
ASENTAMIENTO EN LA PENÍNSULA
May 18, 2023
6 minutos
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