LA COCINA DE LAS FLORES
Aunque parezca un rasgo de la nueva gastronomía, las flores en la cocina vienen de antiguo: griegos, romanos, chinos y árabes ya las utilizaban. Hace años se recuperó la flor en el plato, pero no como decoración, sino como un ingrediente que aporta aroma, color y una presencia espectacular.
Antes era un símbolo de plato sofisticado, pero hoy es algo cercano y nada elitista. Todo es cuestión de animarse: quizá con ideas sencillas, como imprimir otro sello a los platos clásicos. Vale la pena atreverse con unas tapas floridas, un helado fragante o ensaladas rosas, verdes y violetas. Es sólo una pequeña parte de un mundo que vale la pena descubrir.
Lo más difícil es elegir la variedad, pero el tipo de plato nos guiará para descubrir sus afinidades. Iker ofrece pistas en los textos de cada flor en su libro Ed. Océano