Prueba Ferrari Purosangue
EL FERRARI MÁS REVOLUCIONARIO EN AÑOS ha empezado su vida con buen pie. La demanda supera con mucho la capacidad de la fábrica, y además le acaban de conceder el premio al mejor diseño de un coche de producción en los Car Design Award, durante la Semana del diseño de Milán. Una carrocería escultural sin duda, de modo que en ese aspecto poco se le puede criticar. Pero es un Ferrari más alto y pesado que el resto de sus hermanos. De modo que teníamos que ponernos al volante para ver hasta qué punto es brillante su dinámica de conducción. Para hacer realidad una prueba tan esperada nos convocaron en los alrededores del macizo de Los Dolomitas (Alpes orientales), y parece que el omnipresente cambio climático no afectó a la cantidad de nieve.
El Purosangue rojo destaca aún más sobre el fondo blanco, y tras un breve recorrido nos encontramos frente a nuestro primer reto. Tenemos enfrente un sinuoso paso alpino cubierto de nieve, con una pared de roca en un lado y un barranco en el otro. Con la omnipotencia que suele insuflar al cerebro conducir un Ferrari V12, me dispongo a atacar. Parado, con el pie en el freno, tiro hacia mí de la enorme leva de cambios derecha para meter primera. Además, decido desplazar el Manettino y desactivar los controles de estabilidad y tracción (el sistema me alerta con un triple pitido). Acelero y un impactante aullido atraviesa el abismo blanco. Los cuatro neumáticos (de invierno, por supuesto) se agarran el suelo con determinación, y la poca vista que tenía desde atrás