En el verano de 2015, algún tipo de chamán o hechicero practica un exorcismo a un hombre para extraerle el mal que parece haber contraído a través de algún tipo de maleficio. Mientras los ayudantes recitan un tipo de oraciones, el exorcista vierte en el ombligo de la víctima agua bendita, lo que hace que brote una rata muerta. Al manipularla sobre el vientre del hombre, la rata se descompone.
Este vídeo, subido a internet, vuelve a mostrar a la rata como representación del mal, ya despreciada de por sí en nuestra sociedad sin elementos supersticiosos de por medio, pero así se ha mostrado a lo largo de la historia, y dependiendo de la cultura, ha tomado papeles duales. Por ejemplo, la cultura china vincula a la rata con varias cualidades y defectos, como la astucia, la agresividad, la fuerza, la inteligencia, la oscuridad, la guerra… e incluso se le da la posibilidad de convertirse en demonios masculinos. Los nativos americanos destacan las mismas cualidades, pero solo las positivas. En otras tribus, estas africanas, se tiene la creencia de que animales como ratas o serpientes (solo aquellos que se cuelan en las viviendas) son espíritus de los muertos, y no con muy buenas intenciones.
CULTO A LA FECUNDIDAD
En la cultura mochica, en el Perú de entre los siglos II y VII, se apreciaba el poder de procreación de las ratas hasta el punto de tener un culto de fecundidad y de vida en honor a ellas. Algunas urnas funerarias que se han conservado contienen dibujos de ratas. Si acudimos a la mitología mapuche, hay una criatura con aspecto de rata emplumada, rata gigante o serpiente con cabeza de roedor, el Colocolo, que nace de un huevo de serpiente incubado por una gallina, y