La relación de la Iglesia católica con las pasiones carnales ha sido un tanto controvertida a lo largo de los siglos, sobre todo en la Edad Media. Algunos de los primeros papas estuvieron casados o tuvieron familia. La actividad sexual, permitida únicamente dentro del matrimonio, estuvo presente en los aposentos de los líderes religiosos, quienes pretendieron ocultar sus verdaderas intenciones a ojos de la comunidad cristiana. No siempre se logró y han aflorado desde las sombras casos de abuso clerical, promiscuidad y relaciones sentimentales muy cuestionables, lo que ha mostrado así la cara menos favorecedora de la Santa Sede.
El celibato se instauró en la Iglesia a partir de dos concilios organizados en Letrán en 1123 y 1139. Sin embargo, los historiadores estiman que, entre los siglos v y xv, hubo hasta seis papas casadosde el que llegaron a tener descendencia. Entre los siglos xv y xvi también algunos pontífices tuvieron hijos que gozaron de beneficios en la Iglesia, como Inocencio VIII, Alejandro VI, Julio II o Gregorio XIII. La lista de escándalos es muy extensa.
NACIDOS CON SANGRE «PAPAL»
Hay una historia que, por cercanía, sirve de ejemplo de un comportamiento indecoroso. Se trata de la vida de la familia Borja («los Borgia», cuando se italianizó el apellido). Como consecuencia de su impecable servicio hacia la institución eclesiástica, Alfonso de Borja fue nombrado cardenal y, posteriormente, monarca de los Estados Pontificios en 1444 bajo el nombre de Calixto III. Era originario de Játiva, en Valencia. Una vez que se trasladó a Roma destacó por sus amplios conocimientos jurídicos, pero también implantó una práctica que definió
