En el siglo xvii, Europa sufrió los estragos de una guerra, que duró tres décadas, por diferencias religiosas entre católicos y protestantes. Las negociaciones de paz entre las partes fueron largas y tendenciosas, pues nadie quería ceder más allá de lo que se obtenía. No fue sino hasta 1648 cuando se logró firmar un armisticio en la región alemana de Westfalia, llamada la Paz de Westfalia, que marcó un hito en el estudio de las relaciones internacionales al propiciar un equilibrio de poder entre los Estado nación y marcar el inicio de la diplomacia. Lo anterior se vio afectado por las guerras napoleónicas (1803-1815) y por la primera y la segunda Guerra Mundial en 1914-1918 y 1939-1945, respectivamente.
Desde entonces, se sentó un antecedente en la conducción