SOCIEDAD
CHILAPA DE ÁLVAREZ, GRO.– Tuvieron que pasar 36 años de trabajo para que a Floriberta Barranca se le haya reconocido como la primera maestra mezcalera en la Montaña baja de Guerrero. De ayudar a su padre en el corte de maguey, ha llegado a dirigir la producción de mezcal y a etiquetar con su propio nombre.
En esta región, de manera paulatina, las mujeres han pasado de ser proveedoras de alimentos a estar al frente de parcelas y viveros de maguey, así como de las fábricas de mezcal, una bebida artesanal en auge.
La bióloga Juana Flores, del área de reforestación del maguey en la organización Sanzekan Tinemi, dice que con el paso de los años la participación de la mujer ha cobrado importancia. Incluso, la mujer participa más que el hombre en los eslabones de la producción, excepto en el de labrar. La participación de las mujeres en la cadena maguey-mezcal se da a la par del de esta bebida en el país y el extranjero, que inició hace unos cuatro años, indica la especialista. Y pone como ejemplo a mujeres que laboran en los municipios de Chilapa, Zitlala