Mientras el fenómeno del maquis y los guerrilleros que lucharon a favor de la República, tanto durante la guerra civil como en la primera posguerra, es más conocido y ha sido objeto de importantes estudios historiográficos —aunque aún quedan muchas lagunas documentales—, lo sucedido en este sentido entre las filas de los nacionales cuenta con menor documentación, en parte porque el despliegue fuera del estatuto militar fue, en dicho bando, más minoritario, pero también porque los mandamases franquistas no querían que aquello que se vendió propagandísticamente como una Gran Victoria de los Ejércitos se viera ensombrecido por actos de saboteadores y milicias.
Son célebres, no obstante, entre el bando reaccionario, los denominados quintacolumnistas, acepción tomada supuestamente de unas palabras del general Mola durante una alocución radiofónica en 1936 ante el avance de las tropas sublevadas hacia Madrid, hombres y mujeres que desestabilizaron las filas republicanas espiando y realizando infiltraciones a favor del «Alzamiento», pero las fuentes en torno a sus acciones en ocasiones son escasas y algunas incluso se contradicen entre sí. En las próximas líneas abordaremos los actos llevados a cabo no por quienes integraron esa Quinta Columna, que cuenta con su particular reportaje en este número especial, sino en los denominados Grupos C franquistas.
EL SERVICIO DE INFORMACIÓN Y POLICÍA MILITAR
Muchos militares sublevados, y principalmente