“La vejez es cuando las manchas del hígado aparecen a través de sus guantes”
Phyllis Diller
Equilibrar el mayor órgano del cuerpo… ¿en un instante?
En todos estos años dedicada a la difusión y trasmisión de un estilo de vida respetuoso con el medio ambiente –entendiendo que el medio ambiente más próximo que tenemos es nuestro propio cuerpo–, he visto cómo de manera recurrente hay un afán por depurar y limpiar el hígado.
En esta búsqueda se publicitan limpiezas hepáticas definitivas en 8 o 3 días, mezclas milagrosas y toda suerte de elixires. Aún así, desde mi experiencia, una disfunción hepática o un problema que ha tardado muchos años en gestarse, requiere de un tiempo y una dedicación para restablecer la sanación.
Cuando nos encontramos con un desequilibrio o un mal funcionamiento en el hígado, es la consecuencia de unos hábitos inadecuados y un estilo de vida desequilibrado mantenido en el tiempo por muchos años. Y obviamente no transformamos nuestros hábitos de vida en una semana, ni sanamos el deterioro de un hígado en 3 días.
Lo que