Ah, ¿eres español?”, me pregunta Giannis Antetokounmpo (Atenas, 1994) cuando le alargo un ejemplar de Esquire con Rafael Nadal en la portada. Acaba de finalizar un acto del jugador de Milwaukee Bucks junto a la firma suiza de alta relojería Breitling, de la que es embajador y miembro de su All-Star Squad (junto a otros deportistas de élite como Erling Haaland, Chloe Kim o Trevor Lawrence) y yo no me quiero ir de allí sin la portada de Esquire firmada y sin charlar un ratito con él, que no todos los días se hace uno 6.700 kilómetros en pleno invierno hasta el norte de EEUU.
El encuentro tiene lugar una hora después del partido que ha enfrentado al equipo de Antetokounmpo, los Milwaukee Bucks, contra Toronto Raptors. Ganaron los Bucks, y lo hicieron precisamente sin el jugador griego en cancha, su maxima estrella, que no jugó debido a una lesión. Una pena, pero no se puede tener todo. Aun así el partido resultó muy entretenido, sobre todo el último cuarto, debido a un marcador ajustadísimo. Es sobre la cancha, todo tipo de juegos de cámaras (excepto la, curioso, aunque me vino bien porque a mi lado tenía sentada a una periodista francesa y hubiera sido un momento bastante incómodo) y gente entrando y saliendo continuamente de la zona de asientos en busca de comida y bebida. Muchos se quedan incluso en los pasillos del pabellón disfrutando de su perrito, su hamburguesa o su pollo empanado y viendo el partido en las decenas de teles que hay desperdigadas por ahí mientras la acción en vivo y en directo sucede a escasos metros tras una puerta..