Acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud». Así define la Organización Mundial de la Salud (OMS) el sobrepeso, que está incluido como enfermedad médica en su Clasificación Internacional de Enfermedades.
Esta enfermedad, por tanto, muy dependiente de factores y condiciones genéticos, fisiológicos, nutricionales, conductuales, culturales y ambientales, se considera actualmente una epidemia mundial debido a su rápido crecimiento estadístico (es decir, de prevalencia) en la mayoría de países del mundo.
Según datos de la propia OMS, el sobrepeso afecta a entre 1900 y 2100 millones de personas, mientras que la obesidad, a alrededor de 670 millones. En España, según la Encuesta Europea de Salud de 2020, un 44,9 % de hombres y un 30,6 % de mujeres padecen sobrepeso, y un 16,5 % de hombres a partir de 18 años y un 15,5 % de mujeres padecen obesidad.
En este contexto, se ha extendido la necesidad de hacer un abordaje integral y clínico de esta enfermedad por incrementar sustancialmente el riesgo de padecer diversos trastornos emocionales (Department of Health, 2012; OMS, 2012). Un amplio estudio norteamericano de 2011 revela, de hecho, que un sobrepeso elevado supone