NOTA PRINCIPAL
Aunque el cerebro sólo representa alrededor del 2 por ciento del peso corporal total, esvariada, hacer ayunos prolongados o dietas hipocalóricas, comidas abundantes y alimentos tóxicos pueden alterar nuestro estado de ánimo. Fatiga, insomnio, desgano, irritabilidad, sensación de pesadez, mal humor, falta de concentración y de memoria, podrían ser consecuencia de una mala alimentación. Ya que el medio ambiente nos somete a estímulos cotidianos muy estresantes, es imprescindible que nuestra forma de comer en lugar de añadir otros, nos fortifique física y mentalmente. Justamente de ese tema trata esta nota.