Carla Simón, directora de la que, fácilmente, puede ser la mejor película del año, Alcarràs (empatada con otra película española, As Bestas, de Sorogoyen), afirmó en la Cadena SER hace unos días: “Mi manera de hacer cine va en contra del mundo que exige producir todo el rato”.
Interesante y juiciosa reflexión. ¿Toca salirse de la cadena de montaje que fabrica consumidores compulsivos de lo que sea, a toda cosa, aunque sea casi siempre más de y en , un buen día de la semana pasada grabé un vídeo callejero bajo la lluvia –no era un guiño al clásico del musical protagonizado por Gene Kelly–, hablé de la necesidad de que las películas recuperen su carácter de suceso excepcional, único, sin secuelas ni continuaciones ni otras maniobras de franquiciado abusivo y cansino movido precisamente por esa exigencia de producir lo que sea, aunque no haya nada nuevo que contar, todo el rato, como afirma Carla Simón.