Trabajar en las fechas decembrinas y de fin de año es peligroso y hasta “mortal”, según Gerardo Valencia, un trailero con más de 20 años de experiencia. Sabe que la delincuencia está cazando los camiones pesados que transportan ropa, tenis, zapatos, juguetes, tecnología y ahora también artículos de farmacia y medicinas.
Circular por el Arco Norte es “un atraco seguro”y solitario, advierte. Aunque debería ser una zona vigilada durante todo el trayecto y, sobre todo, cuando sucede un incidente, lo conducente sería que apareciera una patrulla de la Guardia Nacional; pero nunca lo hace.
“Ahora es cuando se pone sabroso. Todos sabemos eso: los patrones, nosotros los traileros, nuestras familias y hasta los malandros; todos menos la policía”, dice mientras ríe.
Pero no queda de otra. Alguien tiene que hacer que los productos lleguen a las tiendas, aunque en eso se nos vaya la vida”, cuenta a Proceso el trailero, quien en estas fechas se siente como una especie de Santa Claus, pues lleva a todos lados “el regalo prometido”.
Gerardo trabaja para una empresa transportadora que