LAS FOTOGRAFÍAS QUE ILUSTRAN ESTE ARTÍCULO fueron tomadas por el fotógrafo João Francisco Vilhena en Lanzarote en 1998, el año en el que José Saramago fue reconocido con el Premio Nobel de Literatura. El escritor llevaba cinco años en la isla, adonde se mudó, con su mujer y traductora de sus libros, la periodista granadina Pilar del Río, después de que el Gobierno portugués vetara la presentación al Premio Literario Europeo de su novela El Evangelio según Jesucristo (1991). “No, no tenía el corazón dividido–aclara Pilar del Río–. Él nunca dejó de ser portugués, de pagar los impuestos en Portugal y de tener casa en Portugal. Era un portugués que vivía en Lanzarote y escribía en portugués”.
Llevaba, cuando recibió el galardón, más de 20 años dedicado (lanzada por decisión de la editorial con el título de Tras algún que otro escarceo literario, poemas incluidos, lo dejó: “Comenzaba a estar claro para mí–explica en la breve autobiografía colgada en la web de la casamuseo José Saramago, en la localidad canaria de Tías–que no tenía algo que decir que valiese la pena. Durante 19 años, estuve ausente del mundo literario portugués, donde debieron haber sido poquísimas las personas que se dieron cuenta de mi falta”.