La historia de la cerveza en España comienza con los pueblos íberos. Considerada una bebida fermentada (elaborada con cereales), era de consumo muy habitual. Su denominación primitiva era ‘caelia’. La posterior romanización de la península ibérica relega a un segundo plano la ‘caelia’ en favor de bebidas fermentadas procedentes de la uva, tal y como es el vino. Con el devenir de los siglos posteriores se olvida su consumo en la península, y prácticamente en el siglo XVII apenas hay referencias de su uso cotidiano. Su segunda fase de popularidad se remonta a mediados del siglo XIX, cuando se comienza a industrializar en toda Europa y a comercializar como bebida popular. A pesar de ello se introduce compitiendo de inicio con otras bebidas más arraigadas en la sociedad española de la época como el vino o los licores (generalmente aguardientes anisados, como el de ojén). La facilidad para el cultivo de la vid en el clima mediterráneo, unido a la posibilidad de una mejor conservación a temperaturas del clima de la península, habían dejado como consecuencia que la producción de cerveza fuese algo anecdótico.
■ Anteriormente al siglo XIX existieron iniciativas cerveceras puntuales y aisladas en diferentes puntos de la geografía española, pero no será hasta mediados del siglo XX cuando las mejoras tecnológicas productivas en conjunción con otros