Amigo entrañable del arquitecto Fernando González Gortázar, cuyos sabios consejos guiaron sus principales proyectos de arte público, como los de Paseo de la Reforma, el promotor artístico y cultural Isaac Masri expresa que su fallecimiento, el viernes 7 de octubre a los 79 años, lo deja en la orfandad.
Habla de su profunda tristeza y de la duda sobre si alguno de los artistas actuales logrará “llenar los zapatos” de la generación del artista nacido el 19 de octubre de 1942 en el Distrito Federal, aunque adoptó a Guadalajara como su ciudad, pues vivió y estudió arquitectura en el estado de Jalisco, donde su padre José de Jesús González Gallo fue gobernador.
Odontólogo de profesión, fundador de Impronta Editores y del Centro Cultural Estación Indianilla, Masri evoca vía telefónica las charlas que solía tener con el arquitecto, urbanista, escultor, escritor y defensor del patrimonio cultural y ecológico, a quien enfurecía la impuntualidad, pero con quien, dice, lo unió entrañablemente el aprecio por el arte y el amor por las plantas.
Su relación se fortaleció a partir de proyectos, y si bien en algunos González Gortázar prefirió mantenerse: