El aloe (o áloe o sabila) es una planta con más de trescientas especies, que proviene de África y que se conoce desde hace siglos por los herboristas. Esta planta con aspecto de cactus, pero que no lo es (pertenece a la misma familia de los lirios que la cebolla, el ajo y el nabo)y con hojas verdes en forma de daga, llenas de un gel claro y viscoso, viajó de África a Norteamérica desde el siglo XVI. Allí redescubrirían, hace algo más de treinta años, sus grandes virtudes para el tratamiento de todo tipo de trastornos de la piel y también (en uso interno) como gran benefactor del aparato digestivo. Además, desde 1950 se estudia su enorme potencial para el tratamiento de muchos trastornos y enfermedades respiratorias, cirrosis y hepatiotis, esclerosis múltiple, diabetes, artrosis y como regulador del equilibrio cardiocirculatorio (tanto para la tensión sanguínea como para reducir el colesterol nocivo).
RECUERDO HISTÓRICO
En hebreo «aloe» significa «sustancia brillante y amarga» y desde siempre fue considerado como una planta curativa de primer orden. Otros dicen que etimológicamente deriva del