Excluidos de DACA y trabajos tradicionales, jóvenes inmigrantes inician negocios para salir adelante
LOS ÁNGELES— Hace diez años, Alessandro Negrete no pudo acogerse al programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia en la era Obama —más conocido como DACA—, una política que otorga a ciertos jóvenes inmigrantes que fueron traídos a Estados Unidos cuando eran niños un permiso de trabajo y protección contra la deportación. En 2008, Negrete había sido detenido por estar borracho en público y pelearse con un agente de policía. Aunque al final consiguió que le borraran los antecedentes 10 años después, lo que le impidió cumplir con los requisitos para obtener la ayuda de inmigración.
Su falta de DACA cambió la trayectoria de su vida, empujándolo hacia el éxito: ahora, este hombre de 39 años que llegó desde México cuando era un bebé con su madre, es un empresario; gana un salario de seis cifras como consultor de comunicaciones, estrategia política y filantrópica; hace su propio horario; y quiere comprar su primera casa en Los Ángeles.
"Como personas de
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