ORILLAS POCO ACOGEDORAS
Quería estar cerca de sus clientes estadounidenses, como Yahoo, Reddit y Headspace, tener acceso a los capitales de riesgo de Silicon Valley; contratar ingenieros norteamericanos y expandir su compañía en este país. Obtuvo sin problemas una visa de no inmigrante L-1 para ejecutivos extranjeros porque había lanzado la compañía en Corea del Sur, pero para 2019 le quedaba solo una extensión. Solicitó una Green Card y recibió una carta donde le decían que era probable que se la negaran. “La notificación es algo así como: ‘Vamos a echarlo, háganos cambiar de opinión’”, explica Kim. “Habíamos recaudado más de US$ 100 millones de financiamiento, teníamos ingresos reales del orden de decenas de millones de dólares, estábamos creando puestos de trabajo. Sin duda, fue un cachetazo”.
Al final, Kim —cuya compañía está valuada hoy en más de US$ 1.000 millones y cuenta con SoftBank y Tiger Global entre sus inversores— tuvo suerte. Dos meses más tarde, después de discutir planes de emergencia con su director financiero y su jefe de RR.HH., y de presentar pilas de documentos adicionales, consiguió su Green Card. Todavía sigue traumatizado por esa experiencia. “Uno quiere crear una compañía y que no lo echen”, dice Kim, de 40 años, que vive en San Francisco con su mujer y sus dos hijos. “Es como la parca acechándote”.
JOHN S. KIM, COFUNDADOR DE SENDBIRD, QUE OFRECE CHATS Y MENSAJES EN TIEMPO REAL PARA APLICACIONES MÓVILES Y SITIOS WEB, SE MUDÓ DE SU COREA DEL SUR NATAL A SAN FRANCISCO HACE CINCO AÑOS.
Estados Unidos, que durante mucho tiempo fue un semillero de emprendedores y un faro de esperanza para los inmigrantes, es hoy famoso por una política inmigratoria complicada y muy politizada que pone palos en la rueda para los fundadores nacidos en el extranjero. En consecuencia, los inmigrantes que quieren emprender negocios en el país hacen malabarismos para encajar en una de las categorías de visa, como la E-2 (para inversores de países que
