ROMA/MILÁN.- El domingo 25 Italia elegirá a su nuevo gobierno; antes de que se sepa el resultado hay una cosa prácticamente segura: la extrema derecha de Fratelli D'Italia (Hermanos de Italia) obtendrá uno de los mejores resultados de su historia. Y más: la previsión es que la coalición derechista, integrada también por Forza Italia –del empresario Silvio Berlusconi– y por la ultraconservadora Liga, de Matteo Salvini, aglutinen –juntos– a una mayoría de votantes italianos.
Dos años después de una pandemia que Italia ha sufrido antes que otros países europeos, y en plena guerra de Rusia en Ucrania, la campaña electoral ha vuelto a poner bajo tensión la estabilidad del país. Los últimos sondeos publicados han sido unánimes: la cita electoral puede convertir a Fratelli, una formación heredera de la tradición posfascista, en el primer partido italiano. La aspiración mayor para este bando es alcanzar en el Parlamento esos dos tercios de los escaños que necesitan para gobernar holgadamente y modificar la Constitución. Su fuerza: el descontento en la población.
“Giorgia Meloni (líder de Fratelli) es la única que representa una esperanza. ¡La izquierda lo ha arruinado todo!”, afirma Bruno Moldavi –jubilado que trabajaba en una fábrica de vidrio–, mientras participa en un mitin de la formación en Milán, la ciudad financiera de Italia, fundamental para comprender la historia de Italia y Europa. Aquí, en