EL TRABAJO YA NO ES UN LUGAR. La expresión “voy al trabajo” mutó a “voy a la oficina”, un sitio que las compañías –y los empleados– resignificaron. Ahora se entiende como un espacio para crear y fortalecer vínculos, un lugar al que se va con un propósito. De esta forma, el home office dejó de ser un beneficio y pasó a ser parte de la forma de trabajo. Híbrido o full remoto, las empresas saben que nada volverá a ser como antes. Para Alejandro Melamed, director general de Humanize Consulting, hay tantas soluciones como empresas existen. “Están tratando de encontrar el punto de equilibrio y, fundamentalmente, entender cuál es la propuesta de valor de la oficina, cuáles son las razones por las cuales las personas deberían volver”, explica. Es que las organizaciones tienen públicos y necesidades muy diferentes, por lo que las iniciativas requieren de un tratamiento taylor made. La propuesta híbrida es –según el consultor– la que genera un mayor nivel de aceptación.
Pero los extremos también existen: algunas empresas que decidieron mandatoriamente que todos los colaboradores deben volver a la presencialidad generaron muchos rechazos y resistencias, y hay hasta personas que decidieron dejar de trabajar en ciertas organizaciones porque no desean ir a la oficina todos los días. “Se está tratando de entender qué significa la hibridez: si el poder lo tiene el empleado, si está pautado previamente o si hay días establecidos. Sí está claro que ya no existe el concepto tradicional de que alguien tiene una oficina, sino que son espacios de trabajo”, asegura Melamed. En este sentido, Gustavo Aguilera, director de Talent Solutions y People & Culture de ManpowerGroup Argentina, añade: “La pregunta que deben hacerse las empresas es para qué volver. Los empleados buscan que tenga un sentido y que sea distinto a lo que pueden hacer desde su casa. Muchas lo están utilizando para generar cultura y engagement”.
De acuerdo con el informe global “People at Work 2022: A Global Workforce View”, del ADP Research Institute, los jóvenes son los más reacios a volver a la oficina: 7 de cada 10 de los jóvenes de 18 a 24 años y dos tercios (66%) de los de 25 a 34 años consideran la posibilidad de buscar otro empleo si su empleador insistiera con que volvieran a tiempo completo, frente al 56% de entre 45 a 54 años. En general, dos tercios de los trabajadores