Quiénes fueron estos hombres y por qué eligieron aquellas lejanas aguas? ¿Qué los llevó a recorrer semejantes distancias? ¿Por qué se alejaron tanto de sus casas? ¿Qué consiguieron allí y cómo? Además de misterio, sus huellas en la actual Canadá son un motivo de orgullo para los marineros del Cantábrico, los de antes y los de ahora. Esta es su historia.
Una historia que construyeron atreviéndose con las duras y largas travesías que separaban sus hogares de las lejanas tierras canadienses, de lo que entonces eran los confines del mundo, para dar caza en aquellas gélidas y bravías aguas a las ballenas que allí se encontraban y con las que convertirían al País Vasco en una auténtica potencia mundial en la producción de aceite. Un aceite que obtenían de la grasa de aquellos cetáceos, con el que alimentaban las lámparas que luego iluminaban los literales de todo el Viejo Continente (ardía sin desprender humo ni olor). Hay constancia de que estas expediciones de marineros vascos tuvieron lugar en el siglo xvi, antes de que los ingleses y los franceses se lanzaran a la conquista de aquellas tierras y aquellas aguas. Su presencia en Terranova y Labrador se caracterizó, sin embargo, por ser mucho más pacífica que la de sus sucesores, ya que