Algunos lo llamaban Revuelo de Confraternización. Otros de Revuelo de Invasión de la Amistad. El hecho es que, en abril de 1952, cerca de mil personas, entre aviadores, mecánicos de vuelo e invitados, participaron en la mayor prueba aérea de América del Sur y una de las más grandes del mundo. Inspirado en la vanguardia de los raids de finales de 1930 de los Diários Associados, y promovida por la Federación de Aeroclubes de Rio Grande do Sul, presidida por el entonces diputado Leonel de Moura Brizola, el Revuelo de Confraternización Brasil-Argentina, titulada “Alas Americanas Sin Fronteras”, reunió, oficialmente, más de 430 aviones, número que, en realidad, llegó a 500 aparatos, según consta. Inicialmente, el revuelo fue denominado Salgado Filho en homenaje a Joaquim Pedro Salgado Filho, entusiasta de la aviación y primer ministro de la Aeronáutica entre 1941-1945.
Leonel de Moura Brizola había observado que los raids aéreos, ideados por Assis Chateaubriand, despertaban gran interés público y repercusión en la prensa. Reflejando el ejemplo del Revuelo para Uruguay, en 1949, planeó la de Buenos Aires con el objetivo político de promover la imagen de la empresa brasileña Varig en ese país, que intentaba desde hacía más de un año una línea aérea para la capital argentina. El revuelo, a priori, sería solamente con los pilotos de Rio Grande do Sul, pero, gradualmente, fue extendida a los demás aviadores de Brasil.
INICIATIVA DE LOS PILOTOS
El presidente Getúlio Vargas, también políticamente interesado en el a Buenos Aires, atendiendo a la invitación del Aeroclub argentino.