UNO DE LOS ÚLTIMOS soles de mayo asciende sobre las colinas que rodean Montmeló, a lo lejos. Una marea de público comienza a llegar al circuito barcelonés.
Alpine nos ha invitado a compartir con su equipo de Fórmula 1 el sexto GP de la temporada, y aprovechamos el frescor de la mañana para dar un corto paseo por el circuito. Hemos avanzado hacia las curvas 1 y 2, donde se entra despacio y se sale muy fuerte para pasar a fondo una gran curva a la derecha, que termina en una crucial frenada para entrar en la curva 4. Dibujado con compás y tiralíneas, el trazado de Montmeló requiere coches con gran eficiencia aerodinámica. Los Alpine A522 tienen un rendimiento aceptable, pero no son los mejores. De momento.
Ingresamos al paddock por los tornos que utilizan pilotos e de los equipos. Vamos directos a la sala de prensa, en la primera planta del largo y acristalado edificio donde están las principales instalaciones de control de las carreras y los boxes o cubículos para empresas y patrocinadores del Gran Premio. Dejamos nuestras pertenencias y, aligerados, bajamos de nuevo al paddock, donde nos encontramos con Sébastian Guiges, director general de Renault y Alpine en la Península Ibérica.