HERMANOS COEN
Joel y Ethan Coen, los hermanos Coen, aparecen en el paisaje cinematográfico a mediados de la década de los ochenta con Sangre fácil (1984), una propuesta fresca de revisión de los géneros clásicos –el cine negro en ese caso–, y una mirada de autores absolutamente inimitable que ha dejado huella imborrable en otros cineastas y en el propio público.
Tal es su impacto que ellos mismos se han convertido en una especie de dúo de estrellas con marca estilística propia que se completa hasta formar un triunvirato con la aportación a su cine de la actriz fetiche de la filmografía de los hermanos desde su primer largometraje, Frances McDormand.
Ella es tan singular en sus trabajos ante las cámaras como ellos en su trabajo detrás.
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