a ópera , de Giacomo Puccini , es una de las obras que más han contribuido a extender y divulgar la figura de las geishas. Estrenada en la Scala de Milán en 1904, se desarrolla (Un hermoso día, veremos), en que ella, aunque ha sido abandonada, sigue convencida de que Pinkerton regresará, ya que lo prometió. Él vuelve, pero con su nueva esposa y para llevarse al hijo de Cio-Cio San. A principios del siglo XX, el japonismo y el exotismo de los escenarios y tradiciones nipones estaban en auge, y Puccini no fue ajeno a este interés. Para dibujar el carácter de los personajes y crear un ambiente veraz para el drama, no dudó en entrevistarse con japoneses. En sus cartas, se muestra obsesionado por obtener la mayor documentación posible para sus obras, y para esta entrevistó a la actriz Sadayakko, que le informó sobre los instrumentos japoneses, el ritmo del habla, la armonía y delicadeza de los movimientos… También habló con la esposa del embajador japonés en Italia, que le proporcionó partituras de música popular y con la que descubrió que Madame Butterfly había existido de verdad. Para documentarse, también leyó , de Lafcadio Hearn, , de Rudyard Kipling, y y , de Pierre Loti.
CIO-CIO SAN, UN MITO PERPETUADO POR LA MÚSICA
Feb 22, 2022
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