Dentro de las cortes feudales japonesas, donde las conspiraciones y las luchas de poder estaban a la orden del día, era primordial hacer uso de la agudeza, que a los ocho guerreros nipones que se presentan en este artículo les valió el triunfo y un lugar en la historia de Japón.
Pero, además, por lo que destacaron estos héroes samuráis fue porque cada uno poseía una cualidad –o más de una– en la que sobresalió de manera especial. En el caso del guerrero Kusunoki Masashige, será recordado siempre por su lealtad, un valor recogido en el código ético samurái, el bushido. El sogún Takeda Shingen representa la inteligencia y la verdad. El popular señor de la guerra Oda Nobunaga acertó con su visión comercial y bélica cuando entró en el mercado de las armas de fuego. El regente imperial, Toyotomi Hideyoshi, se centró en la conquista de nuevos territorios para ampliar el poder japonés y ordenó la invasión de Corea. Ya en el siglo XVI, el sogún Tokugawa Ieyasu creó un Estado militarizado y su clan lo gobernaría durante 250 años. Otros enfocaron su ambición no tanto a la política como al perfeccionamiento de la lucha cuerpo a cuerpo. Así, con grandes dotes en las artes de la guerra, son significativos los samuráis Kato Kiyomasha, Date Masamune y Miyamoto Musashi, que crearon leyenda y escuela en el mundo samurái.
Estos héroes destacaron porque cada uno poseía cualidades específicas en las que sobresalió
Kusunoki Masashige
LEAL HASTA LA TUMBA
Este inteligente guerrero de la primera mitad del siglo XIV es un modelo de lealtad samurái hacia su emperador, una cualidad que no todos sus pares mostraron. Tan admirado resultó por ello que, cinco siglos después de su muerte, el gobierno Meiji que renovó la sociedad japonesa le dio honores de héroe. En 1900 se levantó una enorme estatua ecuestre suya en bronce frente al Palacio Imperial de Tokio, en una localización privilegiada.
Kusunoki (1294-1336) nació en la provincia medieval de Kawachi, al este de Osaka. Su familia remontaba su influencia en el gobierno nipón hasta el siglo VIII, pero en su época no era más que un clan de la nobleza provincial sin personajes significativos.
Sería Kusunoki el primero en volver a sobresalir, como héroe samurái decisivo en