ALASKA
Escribió Eleanor Roosevelt que «el futuro pertenece a aquellos que creen en la belleza de sus sueños». Una frase que habría marcado a fuego a María Olvido Gara Jova (Ciudad de México, 1963) cuando con tan solo diez años ya soñaba en el patio de su colegio con evadirse de aquel mundo que no le correspondía.Casi dogmática, creyente en el ‘bowismo’ –David Bowie ya era aquel marciano intelectual que rompió con todas las reglas–, Olvido era todo lo que quería hacer: olvidar. Más que eso de ‘voy a cambiar EL mundo’, su oración era:‘Voy a cambiar MI mundo’.En el otro lado del charco, aquí, en España, un tal Nacho Canut soñaba en esa misma época con lo mismo, ojalá que un día en el colegio bajase Bowie de un platillo volante para rescatarlo de ese horror colegial,de sus compañeros, de esa vida absurda… Y sus plegarias fueron atendidas. Bowie no bajó jamás de aquel platillo volante, pero les hizo creer en sus sueños y su música los
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos