AEROPUERTO FELIPE ÁNGELES Detalles de una obra que avanza contra todo pronóstico
El próximo 21 de marzo, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) iniciará operaciones comerciales de las líneas Vivaaerobus y Volaris con todo en contra.
Por principio, no cuenta con certificaciones aeronáuticas oficiales; su torre de control carece de radar y de “procedimientos instrumentales” que permitan a los pilotos salvar obstáculos como neblinas y las tolvaneras características del pueblo de Santa Lucía; además, está el polémico cerro de Paula y la sierra de Guadalupe que, desde siempre, se han interpuesto a la aeronavegabilidad.
Los aterrizajes y despegues sólo podrán llevarse a cabo durante unas cuantas horas del día, mientras la visibilidad del piloto y los controladores de tráfico aéreo sea suficiente para las operaciones. Es factible que durante todo el año la intermitente neblina prácticamente imposibilite el despegue o aterrizaje de un avión comercial, según los estándares de seguridad de la Agencia Federal de Aviación Civil, que incluso será auditada por la Organización de Aviación Civil Internacional (OIAC).
La auditoría de la OIAC ha sido demorada un año a solicitud de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en especial por los Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), lo cual impide conocer el estado operacional aeronáutico del país, incluyendo el aeropuerto de Santa Lucía.
A ello se suma que la operación del AIFA nunca será compatible con el Aeropuerto Internacional de la
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