ROBO DE COMBUSTIBLE La impunidad, bajo la sombra del triunfalismo oficial
La alarma por el incendio de una toma clandestina se disparó la mañana del martes 18 en las inmediaciones de la comunidad Loma del Progreso, en Nopala de Villagrán, Hidalgo, estado que ese día cumplía tres años de un estallido similar que consumió la vida de 137 personas en Tlahuelilpan, ubicado en la misma región del Valle del Mezquital.
Días antes, en la madrugada del miércoles 5, en Atotonilco de Tula, en la misma zona hidalguense, ocurrió el incendio de una toma clandestina; los perpetradores abandonaron calcinado el vehículo para el contrabando. Al día siguiente, en Tepetitlán, otro saqueo de combustible explotó, con saldo de un muerto y dos vehículos de trasiego en llamas.
Las tres explosiones son una muestra mínima de las tomas clandestinas que se localizan en Hidalgo, entidad federativa que mantiene la más alta incidencia en robo de hidrocarburos, un delito coloquialmente conocido como huachicoleo; en
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