Tres lustros de violencia imparable
MORELIA, MICH.- La madrugada de aquel miércoles de 2006 en que un comando armado arrojó seis cabezas humanas en la pista de baile del centro nocturno Sol y Sombra, del municipio de Uruapan, fue el principio de un desastre para Michoacán. Los enfrentamientos, las ejecuciones y las feroces disputas por el control de territorios se convirtieron en un realidad cotidiana en la que el gran ausente ha sido el Estado mexicano.
Han trascurrido tres lustros desde ese 6 de septiembre de 2006, cuando el entonces presidente Felipe Calderón, y como gobernador Lázaro Cárdenas Batel, echaron a andar el Operativo Conjunto Michoacán, con el que se inició la llamada “guerra contra el narcotráfico”.
Hoy Michoacán permanece colapsado en materia de seguridad. Organizaciones criminales se disputan el territorio con el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), que con el paso de los años se consolidó como la fuerza delictiva con mayor expansión en la entidad.
Con el gobierno saliente de Silvano Aureoles Conejo, el estado ha visto transitar tres administraciones
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos