Si quiero, te reviento
Yo creo en los milagros. Una vez viví cuatro en la misma noche. Era la Semana de la Moda de Nueva York y en el hotel donde estaba instalada sucedieron cuatro para unacon terraza de un hotel cinco estrellas, en el SoHo. El segundo milagro es que empezó a nevar. Una tormenta de nieve, no cuatro copos, sino un precioso apocalipsis climático en la ciudad más urbana que he conocido. Y el tercer milagro es que Kim Kardashian estaba en una fiesta en aquel hotel. Pensé en bajar al evento, donde se colaron varias compañeras, pero la nieve me tenía más eclipsada. Cogí una manta y un paraguas y me senté en el banco de mi terraza. La nieve en la capital del mundo, con ese caer silencioso e ingenuo, como si no pasara nada. Y, sin darte cuenta, la ciudad inmensa, ladrillo, cemento y cristal, luces y luces, ruido, humo..., todo atascado, cubierto, blanco, silencioso, frío, paralizado.
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