Chihuahua reduce la ayuda a desplazados e indígenas
GUADALUPE Y CALVO, CHIH.– Una semana después de las elecciones estatales del pasado 6 de junio se desató la guerra en el Triángulo Dorado: un nuevo cártel entró a la zona, del lado de esta entidad, y desde entonces no ha cesado el desplazamiento forzado de pobladores de comunidades mestizas y de las etnias rarámuri y ódami.
En plena transición del gobierno de Javier Corral Jurado al de María Eugenia Campos Galván, centenares de personas dejaron sus casas, ganado y parcelas en comunidades acechadas por caciques o grupos delictivos que luchan por el control del territorio.
El grupo que irrumpió se presenta como “Nuevo Cártel Jalisco Nueva Generación” (CJNG), que presuntamente llegó de la mano con el Nuevo Cártel de Juárez (NCDJ). Hombres armados llegaron de manera paralela a rancherías y poblados. La gente asegura que son del NCDJ, que tenía años sin regresar al municipio de Guadalupe y Calvo.
Habitantes de diferentes localidades, consultados por , se extrañan de la reaparición de retenes de civiles armados en la carretera, porque desde hace unos cuatro años, cuando expulsaron a Los Pintos, no eran tan notorios.
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