La cripta embrujada
MI VIEJA RELIGIÓN
hora que Divisa reedita de Cecil B. DeMille, me viene a la memoria mi primer descubrimiento de la religión más poderosa del siglo XX.Mirando y remirando ojiplático las imágenes en brillantes colores satinados que representaban al barbudo Heston como patriarca hebreo con las Tablas de la Ley… Pero también como musculoso esclavo cubierto de barro; a esa Diosa Triple que se aparecía con los rostros y las curvas de Anne Baxter, Yvonne De Carlo o Debra Paget, y, por encima de todos, todas y todes, al divino Ramsés encarnado por Yul Brynner, resplandeciendo como Ra sobre una interminable estela de estrellas (John Derek, Nina Foch, Vincent Price, Edward G. Robinson, John Carradine, Dame Judith Anderson… y qué sé yo cuántas más). Así descubrí que del épico recontar hollywoodiense del poder y la gloria de Jehová nacía en realidad un nuevo paganismo politeísta a la medida de mis propios sueños, delirios y deseos. En ese mismo instante, quizá con seis u ocho años, quedé convertido ya en viejo pagano, hedonista y resabiado.
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