Después de Duarte y Yunes... todo sigue igual
XALAPA, VER.- “Yo no soy (Miguel Ángel) Yunes, no soy (Javier) Duarte. No soy corrupto”, ha insistido en su discurso del gobernador morenista Cuitláhuac García Jiménez.
No obstante los intentos por desmarcarse de sus antecesores, a la mitad de su sexenio Veracruz continúa sin resolver los principales males que aquejan a los ciudadanos: inseguridad pública, fosas clandestinas y feminicidios; en materia económica tampoco hay buenas cuentas sobre las deudas a corto y mediano plazos para pagar a la burocracia, proveedores y bancos.
El lunes 15 el gobernador veracruzano envió su tercer informe de gobierno al Congreso estatal y al día siguiente tomó el micrófono en un acto organizado en Tlacotalpan para hablar de ello; también aprovechó el espacio para fustigar a los “gobiernos neoliberales” y los “pregoneros de la desgracia” y responsabilizar-los de actos de corrupción y el deterioro de los servicios y la infraestructura.
“Fue mucho el daño causado por la corrupción en la época neoliberal. Por
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