El ser humano tiene regulada su temperatura corporal para que se mantenga constante alrededor de los 37 ºC. Como los demás animales herbívoros y frugívoros, se defiende del calor refrigerándose con la su- doración. Los animales que no sudan, como los carnívoros, lo hacen a través de la respiración, aumentando la frecuencia respiratoria y la evaporación con la boca abierta y sacando la lengua. El sistema nervioso equilibra las pérdidas y los ingresos calóricos para mantener la temperatura constante.
Por motivos diversos, la temperatura corporal puede aumentar por encima de lo normal. La fiebre es el aumento prolongado de esa temperatura corporal. Cuando la elevación es pasajera, por ejemplo tras un gran esfuerzo físico o un baño caliente, no se habla de fiebre sino de hipertermia.
Habitualmente, por comodidad, la temperatura corporal se mide en la axila, y el valor normal suele ser de unos 36,4 ºC a primera hora del día y de unos 37 ºC