ALFONSO X EL SABIO UN REY TRAS UN IMPERIO
CATEDRÁTICO DE HISTORIA MEDIEVAL
En el orden de jerarquía de las monarquías antiguas y medievales, la figura del emperador destacaba por encima de todas las demás (rey, príncipe, duque…). Los grandes Estados dominantes del mundo antiguo se calificaron, en Occidente, con el vocablo latino de “Imperium”, y así han sido denominados hasta la actualidad. Es el caso de los imperios egipcio, persa o romano, y de otros como el islámico, el mongol o el otomano, denominados, en origen, califatos, kanatos o sultanatos.
El poderoso Imperio romano, fundado por Augusto en 27 a. C., se dividió en dos (oriental y occidental) en 395. En 476, la pequeña tribu germánica de los hérulos depuso al emperador Rómulo Augústulo, un adolescente de unos trece años, y liquidó al Imperio romano de Occidente. El de Oriente sobrevivió mil años más como Imperio bizantino, con capital en Constantinopla. A lo largo del siglo v, Occidente se fragmentó en un mosaico de señoríos, reinos y estados germánicos, hasta que el día de Navidad del año 800, Carlomagno, rey de los francos, fue coronado emperador por el papa León III en Roma. Nacía así un nuevo imperio, el carolingio, del que tomaría el relevo, en
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